martes, 30 de noviembre de 2010

Por qué no escribí

Hoy hace más de un mes que no escribo por aquí. Y he estado pensando qué supone no escribir para los otros, para los otros que pasan por aquí. Qué fue lo que me llenó tanto que no precisé usar este espacio. En qué estuve pensando, y qué importancia tuvo para mí. Con quiénes hablé, a quiénes escuché.
Fue un mes intenso. Después de la (linda) tensión que supuso terminar el reportaje sobre epilepsia, llegó el momento de compartirlo, de escuchar las opiniones más allá del guión, de saber qué emociones despertaba. Claro que todo depende del lugar de cada uno, del punto de vista. Algunos repararon en la organización de los contenidos, otros en la música y el montaje, alguien sonrió con la imaginación de Mónica, y algunos vieron que la foto era un tanto pequeña. Queda mucho por hacer, mucho por contar, en los diferentes ámbitos sociales y a distintas edades, la epilepsia se vive de muchas maneras. Así que seguiré en este camino. Porque, como me dijo Claudia, le pongo mucha alegría. Porque me entusiasma. Porque en la gente que de alguna manera está afectada por esta enfermedad, hay una sed de expresión inmensa. Necesitan que se les conozca y se les escuche. El año que viene empiezo una serie de programas en una radio comunitaria, Radio Enlace. Y el primero será sobre niños y epilepsia.
Muchas veces, uno elige el camino, de una manera más o menos consciente. Piensa en algunas opciones, y escoge una. Muchas veces yo hice eso, y el resultado fue el mejor de todos. Pero esta vez, el camino me eligió a mí. Y me siento feliz.

2 comentarios:

  1. Qué bien me hace leerte Julieta. Estás tan llena de optimismo que me contagias. Te lo digo muy en serio :)

    Un besote,

    Paula.

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  2. ¡¡Gracias Paula!! Es muy gratificante escribir así... A mí me gusta mucho y me hace bien, y si además regalo sonrisas... Fantástico!
    Otro beso para ti ;)

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