lunes, 28 de febrero de 2011

Cómo es la ciudad

Dicen que las cosas son del color del cristal con que se miran. Y es cierto, por lo menos para mí. Donde quiera que esté.
En este mes cortito, que hoy se termina, Madrid, para mí, no fue una red de Metro, ni una colección de autobuses. Fue una red de personas conectadas, vinculadas por un interés común; una colección de historias personales. Nombres, tiempo, anécdotas, ilusiones, solidaridad, voces, emoción. Los nombres propios detrás de las etiquetas, de las clasificaciones. La ciudad fue la gente, es la gente. Si no, no tendría sentido.
Voy haciendo camino al andar. Disfruto del proceso. Porque el resultado podría ser otro, pero lo importante es avanzar, aprender, seguir con ilusiones. Y si vamos juntos, mucho mejor. Gracias a todos los que me están acompañando.